La solemnidad con que se vive en Andalucía esta semana de pasión da paso a un Domingo de Resurrección donde se combinan las procesiones en las capitales y otras fiestas de gran sabor popular en multitud de localidades. Andalucía ha vivido una gran Semana Santa, donde el tiempo ha permitido que todas las procesiones hayan desfilado con normalidad y que tiene hoy Viernes Santo uno de sus días más importantes, con la representación de la muerte de Jesús. El Sábado Santo se reserva para la reflexión a la espera de celebrar la Resurrección. Y este momento ha dado lugar a celebraciones y fiestas de todo tipo, en las que se funden tradiciones religiosas y paganas y en las que queda patente una vez más la originalidad de los pueblos andaluces.
Judas, el discípulo traidor, es uno de los personajes recurrentes. Por distintos pueblos y plazas su figura es motivo de escarnio y mofa y viene a representar el triunfo de la vida sobre la muerte.
En Urrácal (Almería), el sábado se celebra la noche del Judas, que es simbolizado por un muñeco de paja, que se acompaña con fuegos artificiales, carretillas y pólvora. A la medianoche se interrumpen los preparativos unos minutos para ir a la puerta de la iglesia, rodeándola de tracas y con abundancia de cohetes, celebrar sonoramente la Resurrección. Durante toda la noche, continúan los preparativos del Judas, se termina de colocar el enorme álamo donde se cuelga y se decora la plaza para que todo esté preparado para la quema del muñeco. En Tabernas, tras la procesión se celebra un desayuno de chocolate y bollos.
En Alosno los vecinos salen al campo llevando un muñeco de paja que simboliza a Judas, al que se le dispara con escopetas para quemarlo al final de la celebración.
Por muchos pueblos son típicas las procesiones en que la Virgen va al encuentro de Jesús resucitado. Así ocurre en Macael, donde cada imagen recorre el pueblo en direcciones opuestas hasta encontrarse en la plaza de la iglesia, donde los portadores hacen bailar las imágenes.
En Tíjola las imágenes de la Virgen Dolorosa y San Juan van hacia un lugar preparado con símbolos de la naturaleza, adornado con palmeras y plantas aromáticas. Durante el trayecto los costaleros se detienen en varios lugares (ante una cruz vacía, ante la imagen de San Juan que «ignora el paradero de su maestro», así como ante María Magdalena). La búsqueda termina al llegar al sepulcro. Todos buscan la imagen de Jesús Resucitado que tradicionalmente ha sido custodiada por los jóvenes del pueblo, en un lugar que no se conoce, hasta que lo encuentran. Entonces los hermanos presentan la imagen de Jesús Resucitado adornada con ramas verdes. En ese momento comienza el segundo periodo después de cambiarle a la Virgen su manto de negros encajes por uno blanco, como expresión de alegría por la resurrección y encuentro con su hijo. En Guillena, Sevilla, la hermandad que procesiona tiene un nombre muy apropiado, de la Virgen de la Candelaria y el Niño Perdido.
Toros en Cádiz
El Domingo de Resurrección es muy especial en la provincia, sobre todo en la Sierra y en La Janda, donde además de las procesiones del Resucitado se celebran varias manifestaciones populares de carácter festivo como las fiestas de los toros o la Quema del Judas en Conil o en Benamahoma donde le echan un toro para que lo destroce. En Bornos prolongan el acto con actuaciones musicales y el tradicional Búcaro de la suerte, donde cada sorbo de licor va acompañado de un deseo.
El Domingo de Resurrección se suelta el ‘toro embolao’ en Los Barrios y en Vejer, y el del ‘aleluya’ en Paterna y en Arcos de la Frontera, donde los más valientes se atreven a correr delante de dos reses bravas.
En Quesada, este domingo recibe el nombre de ‘El Santo’, porque es tradición que los quesadeños ese día se congreguen en la ermita del patrón, San Sebastián. El sobrenombre de ‘día del hornazo’ le viene de que este dulce (torta de aceite y azúcar formando figuras y adornados con 1 ó 2 huevos y con anises) es un producto típico de la repostería de estas fechas.
En la localidad cordobesa de Carcabuey, murgas, estudiantinas, pregones y máscaras recorren las calles del pueblo este domingo en un perfecto ejercicio de autocrítica colectiva a través de la ironía y el humor, en lo que se denomina Pascua de los Moraos. El pregón es la proclamación irónica satírica de los acontecimientos grandes o pequeños ocurridos en el pueblo o fuera de él y que de alguna manera marca la actualidad de la vida de sus vecinos.
Por su parte, en la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta este Domingo de Resurrección tiene lugar la ‘Vuelta’, una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía. Para la ocasión, el pueblo se engalana vistiendo las calles y balcones con los colores propios de cada hermandad, el azul y el rojo, para recibir durante la mañana los estandartes de las dos hermandades del pueblo, la Hermandad de la Calle Real y la Hermandad de la Plaza. En un ambiente festivo, los estandartes son acompañados por jinetes y amazonas montados a caballo y por la multitud de personas que cada año se cita para disfrutar de este día tan emblemático en el pueblo.
En la localidad onubense de El Cerro de Andévalo se celebra la mañana de Albricias, en la que al alba del Domingo de Resurrección es procesionada la Virgen de Albricias en busca de su hijo resucitado, entre salvas de cohetes y acompañada por los lanzaores de la Danza de las Lanzas al son del tamboril que anuncia la romería, jornada en la que las jamugueras bailan la folía, y el fandango, en las plazas del pueblo.
En Granada procesiona la cofradía del Dulce Nombre de Jesús, conocida como la de ‘Los Facundillos’, con niños que portan la imagen en unas pequeñas andas y otros que hacen sonar unas campanillas de barro.
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